De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
Este versículo seguramente lo hemos leído o escuchado ya, pero hoy quiero recordarte algo que para mi ha sido un gran consuelo y una bonita esperanza.
A veces, le pedimos a Dios un nuevo tiempo, una nueva oportunidad, un nuevo corazón… le pedimos de verdad poder experimentar el ser nuevas criaturas. Este es el milagro más hermoso que vivimos, el milagro de ser transformados en una nueva criatura por completo; sin embargo, este milagro trae sus detalles que a veces olvidamos.
Dice la Palabra: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
(Palabra clave: todas)
Cuando entramos en este proceso de transformación, en este proceso de ser criaturas nuevas, las cosas van a cambiar. A veces nos alertamos o preocupamos porque vemos cómo van cambiando situaciones y prioridades en nuestras vidas y sentimos que perdemos el control o que las cosas están en crisis, terminando; sin embargo olvidamos lo que Dios ya nos dijo: que todo sería nuevo.
Si ves que tu trabajo, amigos, intereses e incluso prioridades cambian, ¡no tengas miedo! Dios está transformándote y dándote una vida nueva. Eso quiere decir que las cosas de tu vida vieja cambiarán y que todo aquello que ya no necesitas debe irse para así hacer espacio a lo que sí necesitas y si te edificará en esta nueva vida.
A veces nos da temor ver que las cosas cambian e incluso nos duele o nos llena de queja o duda. Hoy te motivo a que confíes en medio de este proceso. Todo estará bien. Estás en el proceso de transformación.
No te asustes cuando las cosas cambien. Deben cambiar, es normal. Sencillamente estás experimentando cómo las cosas viejas están pasando y eso puede ser incómodo pero es señal de que todas están siendo hechas nuevas, conforme a la voluntad de Dios. Así que no te aferres a lo viejo, mas bien haz espacio para lo nuevo con un corazón expectante.
¡Ánimo! ¡Estás por recibir tu vida nueva!