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Cambio de sentencia

Te tengo una buena noticia, no importanto en qué tipo de cárcel estés, puedes ser libre hoy. Jesús es el especialista en sacarte de ella. Él ya ocupó tu lugar. Él ya pagó el precio.

5 jul. 2023

Reflexión

Te tengo una buena noticia, no importanto en qué tipo de cárcel estés, puedes ser libre hoy. Jesús es el especialista en sacarte de ella. Él ya ocupó tu lugar. Él ya pagó el precio.

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Cautivo por sus errores

Esta es la historia de un hombre que habia cometido muchas errores y delitos en su vida y a causa de ellos, fue apresado y condenado.

Fueron muchos dias viviendo en una cárcel oscura y mal oliente, privado de tantas cosas a las cuales estaba acostumbrado, como: llegar a su casa, comer lo que deseara, ver a su familia y amigos, participar de reuniones, reír y celebrar.

El tiempo pasaba y los días se hacian años. Sólo podia meditar en todo el daño que habia cometido, pensar en la gente habia lastimado, robado y cuánto dolor habia causado.

Cada día miraba cómo las esperanzas de salir de esa cárcel se desvanecian y a la vez sólo podía ver un futuro incierto, con una expectativa terrible... el día de su ejecución.


Dia de ejecución

Solo, abandonado por su familia y amigos, y sin alguien que pudiera hacer algo por él, para cambiar el desenlace fatal para su vida, llegó el día mas difícil, el día que es anunciada su muerte.
El temor se opoderó de aquel hombre pensando que todo acabaría en unas cuantas horas, las lágrimas corrian por sus mejillas. Lo ahogaba la desesperación, la angustia y la impotencia de no poder regresar el tiempo y enmendar sus pasos, sus malas decisiones, sus errores, sus delitos para haber evitado su terrible desenlace.

Cuando llegó el día, los segundos se hacian eternos para que la puerta de la celda se abriera y salir al lugar de su ejecución, siendo exhibido publicamente ante una gran cantidad de personas que serian testigos de su muerte. Personas que eran hijos, padres, madres , familiares o amigos de aquellas personas a las que el habia causado dolor y que, seguramente, gritarian con odio contra él y se alegrarían de su fin.


La celda es abierta

De repente, se escuchan los pasos. Se escucha la llave girar y se empieza a abrir la puerta de la cárcel. Aquel hombre es llamado por su nombre para que salga y justo cuando debía ser llevado a su muerte, se le dice: eres libre.

Aquel hombre que había estado angustiado, temeroso, sin esperanza, no podia creerlo. No podia entender, sus razonamientos no le permitian procesar lo que estaba pasando. No entendia por qué él quedaba en libertad. Pensaba que se trataba de un error, de una equivocación, y no puede evitar preguntar: 

-¿En verdad soy libre?

El carcelero le respondió:

-En verdad eres libre, alguien más ocupó tu lugar para ser ejecutado y que así se haga justicia.

Aquel hombre no podia creer que siendo culpable de multiples transgreciones, no recibiria su castigo. Era más incomprensible aún, el hecho de que otra persona ocupara su lugar.


El nombre de aquel hombre era Barrabás y el nombre de la persona que tomaba su lugar, Jesús.


Experimentando la Gracia

Al igual que aquel hombre, posiblemente puedas estar experimentando una cárcel, no literal sino, de tu alma. Quizás te sientes oprimido, sin fe, sin esperanza, con una expectativa negativa, con un futuro muy incierto.

Puede que sientas que no hay salida pero al igual que aquel reo, puedes ser libre. 

Su Palabra nos hace entender que fuimos llamados a ser libres ya que Él llevo nuestras transgreciones, ocupando nuestro lugar, llevando nuestras culpas y pagando el precio de nuestro pecado. 

(Rom 4:25 el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.)

Barrabás pudo experimentar la gracia de Dios cuando, sin merecerlo, Jesús ocupo su lugar. 

(Mat 27:26 Entonces les soltó a Barrabás, pero a Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado.)

Así mismo, nosotros también la podemos experimentar.


¿Cuál es tu cárcel?

Hoy, Jesús está llamando por su nombre a cada hombre y mujer que, al igual que Barrabás, se encuentran encerrados, sin fe ni esperanza, dejando que pase el tiempo, esperando lo peor. 

Tu final no es esa cárcel, tu final no es estar preso de por vida, tu final no es solo esperar una ejecución.

Tu final es un final glorioso,

pasando de muerte a vida eterna,

de cárcel a libertad,

a que puedas volver a sonreir, 

a estar con fe y esperanza,

con la expectativa de un futuro glorioso en Cristo Jesús.


Te tengo una buena noticia, no importanto en qué tipo de cárcel estés, puedes ser libre hoy. 

Jesús es el especialista en sacarte de ella. Él ya ocupó tu lugar. Él ya pagó el precio.



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